Cómo empecé: Luisa Valenzuela
LUISA VALENZUELA
La luz al fondo del camino
Escritora y periodista de enorme trayectoria y reconocimiento internacional, vivió su infancia rodeada del círculo de amigos de su madre, Luisa Mercedes Levinson, entre los que se encontraban Borges, Nalé Roxlo, Sábato y Carmen Gándara. Sus novelas llegaron a ser elogiadas por Cortázar y Susan Sontag. En esta entrevista exclusiva con La balandra, desgrana el camino transitado que la llevó desde su primera aversión a convertirse en narradora a la necesidad actual de escribir para entender la realidad. Además comparte fragmentos de sus diarios y libretas de notas.
Entrevista de Irene Chikiar Bahuer
Quiso ser física, matemática, pintora, piloto, aventurera, exploradora, antropóloga, pero descubrió que la gran aventura era escribir. ¿A qué se debió el intento de eludir la escritura?¿Tuvo que ver con que su madre fuera la escritora Luisa Mercedes Levinson, y la casa donde transcurrió su infancia un punto de encuentro para Borges, Mallea, Sábato, Nalé Roxlo, Manuel Peyrou, Siria Poletti, Carmen Gándara, María Emilia Lahitte, Inés Malinow y tantos otros? Lo cierto es que, desde muy joven, Luisa Valenzuela pudo conciliar esos sueños de infancia con una vocación que terminó por imponerse, porque la suya es la escritura de una aventurera irreverente que enfrenta el miedo, y que explora en lo íntimo, lo erótico, lo oscuro.
Nos encontramos en su casa de Belgrano, y si, como dicen, las casas suelen reflejar a sus habitantes, la de Luisa espeja todas estas facetas. Es la casa de una viajera, hay recuerdos de sus múltiples y variados viajes; es la casa de la hija de una escritora, están los libros de su madre, los recuerdos de sus amigos; es la casa de una exploradora o de una antropóloga que colecciona máscaras; es la casa de la madre de una pintora, que aprecia el arte plástico, que sabe vestir la pantalla de una lámpara con un encaje realizado en papel, y que juega con los colores, con las formas. Con esos objetos se entretejen los recuerdos, y Luisa cuenta que comenzó con la tarea de periodista a los diecisiete años:
–Había heredado unas notitas que hacía mi madre para la revista Idilio, entre ellas “El romance en la pantalla”, yo iba a las distribuidoras de cine y buscaba las fotos de parejas y escribía algún epígrafe.
[…]
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