El escritor como lector: Juan Diego Incardona

Desde los primeros libros descubiertos en kioscos de barrio hasta lecturas públicas en móviles de la CONABIP, pasando por clubes underground, este talentoso narrador –fundador de la ya mítica revista digital El interpretador– nos cuenta su trayectoria de lector apasionado.

–¿Se leía en tu casa? ¿Se hablaba de libros?

–Muy poco. Por un lado, mi padre nunca tuvo el hábito de la lectura, sus libros eran más que nada manuales prácticos de matricería y tornería, listas de aceros SAE y tablas de roscas. Pero llegado el momento, ejercieron una extraña influencia en mi literatura. Ahora esos manuales están en mi biblioteca; mi padre me los regaló al jubilarse. Por otro lado, mi madre, maestra durante cuarenta años, sí me recomendaba la lectura y me compró algunos libros en la infancia, pero literatura, muy poca; más que nada se trataba de primeros diccionarios y enciclopedias de los pequeños.

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