Editorial La balandra · Nro. 5

El mar frente a nosotros, esa extensión inquietante, similar al nuevo año de actividad que comienza. Porque aunque para muchos el 2013 se habrá iniciado al minuto siguiente del 31 de diciembre, para la mayoría, trabajadora o no, los meses de enero y febrero traen como una pátina de pausa generalizada. La rutina se ve suspendida por el clima estival, las vacaciones propias o ajenas. Es en marzo cuando pareciera que todos ya están de regreso otra vez en sus puestos, listos para que otro año inicie su vértigo, para que la vida recomience. La infinitud del mar, un nuevo año, una página en blanco. Todas las esperanzas y posibilidades caben ahí, los más grandes hallazgos y descubrimientos, pero también todos los temores y desaciertos, las sorpresas y los desafíos más imprevistos. Habrá que empezar a construir, a narrar e inventar el mundo nuevo, zambullirse y nadar, poner proa a los sueños. Las corrientes a veces vendrán a favor, otras en contra, pero no hubo, ni hay ni habrá otra forma de saber que estamos vivos que la de echarse al mar y empezar a navegar. Desde aquí, desde La balandra, el horizonte luce promisorio e inagotable. Allá vamos, entonces. Nos veremos surcando el océano.

Alejandra Laurencich