Debates: ¿Corregir o no corregir? Una cuestión para el escritor

Hay una pregunta que, enarbolada como un pedido de compasión, se ve dirigida con frecuencia por los autores que se inician a los escritores que han publicado, o a los que coordinan talleres o hacen supervisión  de obra: ¿Es necesario corregir un texto? Un grupo de talentosos narradores, muchos de ellos docentes de narrativa, nos dan su opinión.

Es bien conocida aquella frase de Jorge Luis Borges en la que afirma que publicar es la única manera de dejar de corregir. Podría ser éste un buen modo de zanjar la cuestión para cualquier escritor que se inicia: sí, corregir es una tarea cotidiana del escritor, lo dice nada más ni nada menos que uno de los más grandes autores de la literatura nacional e internacional. Sin embargo, como si la autorizada voz de un maestro no contara, la legítima pregunta sobre si hay que corregir, es formulada una y otra vez por el autor novato. Si la respuesta es negativa o dudosa, puede escucharse el suspiro de alivio de parte del interrogador, pero si por el contrario, la respuesta es afirmativa y categórica, es posible que se vea inmediatamente avasallada por muchas otras, que en un tono más o menos agresivo, más o menos curioso, o incluso transmutada en un desesperado pedido de auxilio, dan continuidad al interrogatorio: ¿Pero, la corrección es indispensable o le quita frescura a la expresión de un autor? ¿Hay límite para esta tarea? ¿Podemos saber cuándo un texto está listo para darse a conocer?

Si volvemos a la figura mítica de Borges, pareciera que la única manera de dejar de corregir es que el editor venga y nos arranque de las manos la novela o el libro de cuentos que estamos empeñados en pulir, en llevar a su mejor forma. Pero en la mayoría de los casos, los narradores (mucho menos los noveles) no se ven en esta situación, sino que son ellos mismos quienes deciden cuándo su obra ya es “presentable” y es momento de llevarla a concurso o hacérsela llegar a un editor. Y allí está el problema para el que debuta en esta instancia: ¿cuándo?. ¿Basta con haber puesto el punto final al libro?, puede llegar a preguntarse quien no tenga la guía de un maestro o aquel que haya mirado esa enormidad de películas en las que se ve a un escritor que, luego de pasarse dos o tres días completos escribiendo una novela, pone el redentor Fin, o The end a su obra (nada más alejado de la realidad de un escritor). ¿Bastará con haber terminado de pasar el corrector de Word, o la devolución de esa tía, profesora de Lengua que maneja muy bien el tema de las comas, los puntos y las tildes?

Si en nuestro primer número de La balandra la pregunta debate —¿El escritor nace o se hace?— derivó, de manera  inesperada, en que cada entrevistado nos contara su recorrido personal; en este número, el interrogante planteado por la mayor parte de los escritores nacientes deviene en un repaso del proceso creativo de cada uno de los autores que colaboran en la nota, y en sus ricas reflexiones sobre cuándo un texto puede alcanzar el estatus de “versión definitiva” o siquiera si existe tal cosa.

Hablar de corrección es, como podrá verse en los testimonios que siguen, mucho más que hablar de cómo y cuánto corregir o en qué momento soltar un texto. Hablar de corrección es cuestionarse no sólo acerca de la conexión necesaria, sino más que nada, sobre la fundamental distancia entre el texto y su autor.

“La naturalidad de un relato no se encuentra en su origen o primeros trazos —sólo en pequeñas dosis—, sino que va definiéndose en el camino, en el proceso de construcción, que incluye distintas etapas de corrección.”

José María Brindisi

“A mí me parece que más que preocuparse por la corrección, un escritor —y sobre todo un novato— debería preocuparse por no dejarse llevar por ‘la inspiración’ y escribir veinte páginas de un saque.”

Patricia Suárez

“Cuando se habla de creación, el verbo ‘corregir’ indica lo contrario de un acto exterior y autoritario, es la etapa en la que un autor va rastreando aquello que borrosamente deseó para su texto.”

Liliana Heker

“Corregir no quita frescura: la potencia. Pero si el texto no la tiene, la corrección no la inventa.”

Luis Mey

“A mí, el sentido del texto se me arma escribiendo. Empieza, normalmente, con una imagen y alguna clase de tesis. En general, de la tesis queda poco y nada, gana la música que se arma palabra a palabra.”

Gabriela Cabezón Cámara

“Me gusta maquinar cada oración, cada secuencia. Nada es casual. Ni los espacios en blanco. Lo no dicho también ha sido contemplado.”

Fernanda García Lao

“El inefable placer de corregir es una tarea que parece que va a ser infinita pero no lo es: como si trabajara un trozo de arcilla húmeda, poco a poco le voy dando forma, pero al mismo tiempo se va secando, solidificando.”

Ana María Shua

“Aunque parezca paradójico, tachar es una parte muy importante de escribir. Muchas veces los diálogos hay que romperlos, porque así es la forma en la que hablamos: a medias, sin entendernos demasiado.”

Pedro Mairal

“La literatura es lenta; tan lenta como para que cada uno se tome todo el tiempo necesario para intentar que lo que uno escribe se ajuste, en la medida de lo posible, al propio deseo.”

Anibal Jarkowski

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