Azimut · Homenaje a Jorge Paolantonio

A pesar de haber consolidado una obra extraordinaria –compuesta de narrativa, poesía, teatro y traducción– publicada y premiada dentro y fuera de Argentina, a pesar de ser autor de Rosas de sal, un hito en la historia del teatro en el noroeste argentino, representada desde hace veintitrés años en su provincia natal y llevada a los escenarios de Ecuador, Perú, Chile y Brasil, este catamarqueño nacido en 1947, profeta en su tierra, entra en la condición de esos autores del interior cuya repercusión no es proporcional a lo que valen. Moyano en La Rioja, Paolantonio en Catamarca, y tantos otros que viven o han nacido tierra adentro parecieran tener al periodismo cultural dándoles la espalda. ¿O no es por eso que su nombre no está junto a los que, teniendo una trayectoria menor, casi ínfima, convocan la atención de la prensa? Si Paolantonio –galardonado con el 1.er Premio Municipal de Novela de Buenos Aires por su libro Ceniza de Orquídeas (Eugene O’Neill en Buenos Aires) y el Premio Nacional Esteban Echeverría por su Trayectoria en Narrativa, entre muchos otros– hubiera nacido unas coordenadas más allá, en Chile o Perú, geografía de grandes poetas, o quizá en Brasil, nación cercana pero siempre exótica a la mirada rioplatense, ¿animaría la atención de los medios nacionales? Dejando especulaciones de lado, La balandra rinde homenaje hoy a quien creemos debe ser reconocido como uno de nuestros más valiosos escritores. Compartimos un fragmento de su novela inaugural Año de serpientes, publicada por primera vez en 1995 y reeditada en 2014 junto a otra de sus novelas breves, Traje de lirio.

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