Cómo empecé: Liliana Heker
LILIANA HEKER
La que vio el camino
Aunque hace largos años que se la reconoce por su trayectoria literaria, por las emblemáticas revistas que llevaron su impronta, su desempeño como maestra de escritores y sus apasionadas polémicas en diversos ámbitos culturales, Liliana Heker fue, alguna vez, una principiante en el oficio de escribir. De esos comienzos, desopilantes por momentos, y reveladores de una época cultural intensa, nos habla hoy esta siempre vigente narradora argentina.
Entrevista de Ángel Berlanga
“No sos el niño Jesús, y tampoco sos Mozart”, le dijo la actriz Alba Mujica a Liliana Heker, cuando apenas tenía veinte años y ya contaba con la fama de ser una niña precoz. “En esa época nos reuníamos en el Tortoni, y después íbamos a cenar a Bachín, o a algún lugar de Corrientes –cuenta Heker–. Eran mesas enormes, a las que se sumaba cualquier actor o escritor que anduviera por ahí. Y Alba, que era una gran actriz y tenía un carácter feroz, temible, me dijo eso. No sé si me leyó las manos, o si tenía una gran percepción psicológica, pero fue como si me dijera ‘nena, yo a vos te conozco’. Sentí que no tenía piedad, y fue muy fuerte para mí, porque en realidad yo lo sabía, pero que te lo digan es otra cosa”.
A esa altura Heker era subdirectora de El Escarabajo de Oro, la mítica revista que junto a Abelardo Castillo y Arnoldo Liberman habían fundado allá por mayo-junio de 1961 y tenía la existencia y la ropa jugada ya por la literatura, pero se había topado con la certeza de que las cosas no le serían fáciles, que tendría que yugarla.
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