En el Blog de Eterna Cadencia · 12-06-2014

En el blog de Eterna Cadencia

Fecha: 12/06/2014

“En el periodismo cultural estamos viviendo un momento bisagra.”

Ezequiel Martínez, de Ñ, y Alejandra Laurencich, de La Balandra, participaron en una mesa sobre revistas culturales.

Desgrabación: Nacho Damiano.

A. Laurencich y E. Martínez en Eterna CadenciaEn el marco del ciclo “Los jueves de Eterna Cadencia” entrevistamos a: Ezequiel Martínez, editor general de la revista Ñ, y Alejandra Laurencich, directora editorial de la revista La Balandra, “escrita por y para escritores”. Teniendo en cuenta que una de las publicaciones es probablemente la más masiva del país y la otra está dirigida a un ámbito muy específico, ¿qué similitudes y diferencias existen entre ellas? ¿Comparten miradas e inquietudes o son ámbitos –y lectores− completamente independientes? A continuación, un extracto de la mesa.

Nacho Damiano: Buenas noches. Gracias a todos por venir. Primero las damas: Alejandra, ¿cómo nace La balandra? Es una revista muy particular, casi “de nicho” podríamos decir. Cuando la pensaron, ¿existía la intención de ocupar un espacio que estaba vacío?

Alejandra Laurencich: Mirá, yo quería hacer algo que se distinguiera del resto. La gestación fue muy particular, en ese momento un mecenas (el responsable ejecutivo, Carlos Costa) me convocó para hacer una revista literaria para nuevos narradores. Me dijo: “pensala, dirigila, juntá el equipo, yo pongo la plata”. Lo primero que pensé fue “este está loco”, pero lo empecé a comentar entre mis allegados, y todos me decían: “si te ofrecen hacerlo, ¿cómo vas a decir que no?”. La revista estaba pensada para gente que recién empieza en el mundo de la escritura, a mí me hubiera encantado tenerla a mano cuando empecé, una publicación que cuente la trastienda del oficio. Cuando los escritores nos reunimos damos todo por sabido: “me está costando encontrarle el tono a la novela”, cosas así. Bueno, generar una publicación que le explique ese tipo de detalles a los que recién empiezan, lo que uno aprende a medida que se mete en el oficio. No solamente lo propio de la tarea de escribir, sino también la relación con editores, librerías, instituciones etc. Y también me pareció que la “cocina” del autor iba a ser interesante para quienes les interesa leer pero nunca escribieron ni quieren escribir, pero sí conocer la trastienda, lo que pasa detrás de un libro. Entonces, pensé que ahí iban a estar contestadas la mayoría de las preguntas que traen los autores que vienen al taller, que son siempre las mismas, y que además también son las mismas que me hice yo cuando empecé a escribir. Y bueno, la idea era hablar de todos esos asuntos, pero con gente escritores, no con críticos o con “especialistas en”. Una revista hecha por escritores para escritores.

ND: Pero a la vez, abierta a otras lecturas.

AL: Sí, exactamente. Una de las primeras cosas que hubo que hacer fue pedirle a los colaboradores, (la mayoría escritores), que hablaran con un lenguaje accesible a cualquiera, lo que fue algo difícil de conseguir. Es más, hasta me costó que mucha gente del staff se retirara del proyecto, porque me puse bastante firme con eso. Pero al final se logró, la gente entendió que tenía que escribir para que cualquiera pudiera entender, no solamente el que estaba en el métier, pero a la vez que los contenidos tuvieran la misma profundidad y seriedad que las notas especializadas. Yo pensaba que íbamos a durar un año, que iba a circular en un par de talleres. Pero el lanzamiento fue en 2011 y acá estamos.

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