Instituciones: Fundación Mempo Giardinelli

Una Fundación que no es cuento

La internacionalmente reconocida Fundación Mempo Giardinelli viene realizando una formidable tarea para estimular la lectura como práctica cotidiana, no sólo en el Chaco, donde se asienta su sede, sino en todo el país. De la mano de sus “jefes” –como cariñosamente gustan llamarlos a Mempo y Natalia Porta López los demás integrantes y voluntarios que hacen posible esta activa organización– recorremos su historia y hacemos un repaso de sus dos grandes programas: el Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura y “Abuelas cuentacuentos”.

Por Ivana Romero

La historia de la Fundación Mempo Giardinelli –que el escritor coordina junto a Natalia Porta López– tiene su primer antecedente en Puro Cuento, una mítica publicación dirigida por Mempo, que surgió en 1986, debió interrumpirse por la crisis en 1992 y que hasta entonces había logrado abrir diversas bibliotecas en el Nordeste argentino. En 1993, su director obtuvo el Premio Rómulo Gallegos y se fue de Buenos Aires. Tras una estadía en Paso de los Libres (Corrientes), en 2001 se instaló en Resistencia, su ciudad natal. Por entonces ya venía trabajando junto a un grupo de voluntarios en la organización de un Foro Internacional por el Fomento del Libro y la Lectura, cuya primera edición se había realizado en 1996.

Ese evento se consolidó hasta dar origen a la Fundación. La base inicial era generar un proyecto de promoción lectora más abarcativo, capaz de desarrollar actividades durante todo el año. Para eso, Mempo donó su biblioteca personal y el dinero obtenido con el premio. Así, el espíritu de Puro Cuento retornó de otra manera, llegando hasta el presente. “Los tres primeros Foros los hicimos con el respaldo de la Universidad Nacional del Nordeste y nos sirvieron para afianzar estrategias de fomento lector y para aprender a caminar solos como ONG independiente”, cuenta durante un intercambio que él y Natalia mantuvieron con La balandra.

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